Como dar de comer a un polluelo:
Se debe colocar el polluelo sobre un papel blanco. Nos puede servir rollo de cocina o una servilleta de color blanco.
La vigilancia diaria de las heces, la quilla, la cloaca y los ojos representan la salud del pájaro y nos darán una visión total del estado de salud del polluelo. Si todos los dias verificamos el estado de estos podemos detectar cualquier enfermedad, infeccion, etc. a tiempo.
El polluelo debe estar sujeto con nuestra mano izquierda en la misma posición que ellos mismos adoptan dentro del nido (nunca boca arriba, ni de lado, ni suspendido en el aire). Si vemos que es un polluelo muy inquieto es recomendable meterlo en un fauna box para evitar caidas. El polluelo debe sentirse seguro y sin miedos. El dedo pulgar de la mano izquierda nos jugará un papel importante para darles de comer, porque si bien, ellos por sí mismos suelen abrir el pico enseguida, algunos más tímidos se tumban y se muestran sumisos. Con el dedo levantaremos la cabeza del polluelo hacia arriba, de esta forma conseguiremos cerrar la tráquea y abrir el esófago, con este proceso evitaremos que entre la comida directamente a los pulmones.
Sea cauteloso si es “novato”, las prisas nunca deparan nada bueno.
Es importante dejar al polluelo que coma a su ritmo, no al que nosotros queramos imponer, ya que en este caso el polluelo se podrá atragantar, hay polluelos que comen muy deprisa, y otros que comen más lentamente.
Por ejemplo, el polluelo de periquito abre la boca como un loco, e incluso te pica la mano porque no encuentra la jeringa, quizás nervioso, quizás porque sea su forma de demostrar su gran hambre, quizás porque no vea bien (pues un polluelo de agaporni puede estar muerto de hambre pero sigue perfectamente su vista a la jeringa sin problemas); el pollito de agaporni roseicolli traga a gran velocidad jeringuillas enteras, mientras que los polluelos de fischers y personatas comen mucho más despacio, depositándoles pequeñas cantidades de comida con la jeringa en su boca, que mastican y tragan, no pudiéndose uno dar prisa con ellos.
Las ninfas tragan con gran velocidad, pero hay que seguir tambien su ritmo, y las cotorras son como “un pozo sin fondo” que “nunca” dicen que NO, y no se les puede dar de comer todo lo que les cabe, porque son capaces de que les llegue el buche a la mesa.
Las papillas deben tener la textura de un yogurt, desde los 20 - 25 dias que es cuando podemos quitarle los polluelos a los padres. Éstos, les dan una mezcla de pienso, semillas, pasta de cría, verduras y frutas, masticada y ensalivada, que desde su buche regurgitan y pasan al polluelo, a su pico, y éstos tragan; (no se crean que se lo meten directamente al buche sin más; sino que el polluelo traga sólido, ensalivado, pero sólido y no totalmente masticado como puede creerse).
Cuando cualquier tipo de polluelo de cualquier psitácida, no ha vaciado su buche pasadas 6 horas, para facilitarle la digestión deberemos hacerle una infusión de manzanilla, y darle una jeringuilla de unos 2 ml, lentamente (previamente debemos dejar enfriar la infusión de manzanilla, para dársela ha de estar a temperatura ambiente) debemos darle esta infusión varias veces durante unas horas, con dicha infusión de manzanilla conseguiremos pase más deprisa la comida del buche. Con la manzanilla evitaremos que la comida del buche fermente y que el polluelo enferme.
Siempre hay que tirar toda la comida restante de cada toma. No se debe de guardar ni una sola gota, porque fermenta igualmente.
No calentar nunca la comida, aunque se nos quede fría, porque también fermenta. Lo mejor es mientras le estamos empapillando meter el cuenco donde hemos preparado la papilla al baño maria, asi mantendremos la papilla a una temperatura constante.
A los polluelos, les gusta la papilla bastante caliente. Eso, no significa que deba quemar, debemos darle la papilla templada para evitar quemaduras en el esófago, las quemaduras son difíciles de curar, y probablemente el polluelo podría morir ya que dejaría de comer. Para probar que la temperatura de la papilla es el óptimo, hay que probarla antes en la parte más blanca de nuestra muñeca, como si trataramos de probar el biberón de un bebé.